"Valor por arrobas", homenaje a Emilio Garcia "El Lince"

Ese es el titular de la 31ª edición de la revista oficial que cada año edita la Peña Taurina Daimieleña. La publicación rinde homenaje a la figura del torero daimieleño, afincado en Alicante, Emilio García Consuegra “El Lince”. Fue el protagonista de la noche durante la puesta de largo de la revista a la que asistieron alrededor de un centenar de socios y aficionados, entre ellos, el novillero Carlos Aranda y el concejal de Festejos, José David Gómez-Cambronero.

Noche espléndida para presentar la revista oficial de la Peña Taurina de Daimiel que este año ha tenido a bien homenajear al torero daimieleño, residente en Alicante, Emilio García Consuegra “El Lince”. Un apodo con el que le bautizó un médico tras atenderle después de una pequeña cogida que cuando lo reconocía le dijo: “Tienes ojos de lince ibérico”, apodo que asumiría desde 1972, año en el que tomó la alternativa, hasta 1991 cuando una fatídica cogida en la pierna lo apartaba para siempre de los ruedos. El acto tenía lugar en la Plaza de Toros de Daimiel, en la cual se reunieron alrededor de un centenar de socios y aficionados taurinos para acompañar el sábado a “El Lince” y conocer brevemente el argumento de este nuevo trabajo editorial que un año más, y ya son 31, realiza la peña local.

Al acto acudían el concejal de Festejos, José David Gómez Cambronero, el Presidente de la peña, José Julián Rodríguez Soto, el Secretario de la misma, Francisco Córdoba y el joven novillero local, Carlos Aranda, que no quiso perder esta ocasión para mostrar también su más sincero homenaje a Emilio.

Un evento que fue introducido por Marga Velázquez, coordinadora del departamento de Comunicación del Ayuntamiento de Daimiel, quien resaltó que durante la preparación de dicha presentación no encontró a nadie que hablara mal del homenajeado, “lo cual demuestra que además de haber sido un gran torero y banderillero, también era una buena persona al que todo el mundo respetaba”. Esta premisa fue secundada también por el edil de Festejos, quien también alabó el hecho y la dificultad de que en el mundo del toro todo el mundo hablase bien de una figura.

Además de destacar la calidad humana del homenajeado, Gómez Cambronero destacó “su capacidad, sabiduría y comprensión en la fiesta nacional, ya que multitud de veces “El Lince” es requerido y ha sido llamado para labores de asesoramiento en la plaza y los festejos”.

En cuanto a la Peña Taurina, también tuvo palabras de agradecimiento para ésta, reconociendo en este acto “la defensa que realiza del toro y de la fiesta. Prueba de ello -prosiguió- es la revista que realiza anualmente con la que da la oportunidad a muchos participantes y periodistas a expresar su sentimiento y opinión en el tema taurina, lo que permite a su vez, que aquellos que no son tan aficionados o entendidos puedan aprender de ella a través de sus páginas”. Para finalizar su intervención, Gómez Cambronero también expresó sus mejores deseos para que el próximo festejo taurino sea todo un éxito de público y de faenas.

“El Lince” recordó cómo con el mandil de su abuela daba muletazos al toro de pensamiento ejecutando la mejor faena posible. También hizo mención a la primera corrida de toros que pudo ver a través del televisor y que fue la toma de alternativa de “El Cordobés”, o cómo su abuelo le contaba las anécdotas sobre “Cagancho” en Almagro. Todo ello hizo que le picara el gusanillo de ser figura del torero y cuando llegó a Alicante en año 1964 siguió con su sueño y obsesión por ser torero consiguiéndolo 8 años después.

García Consuegra, “El Lince”, que además de recordar sus inicios y sueños también hizo hincapié en la dificultad de ser un gran torero y posicionarse así en el escalafón “porque todos no podemos ser máximas figuras”, aseguraba y haciendo una retrospectiva de su vida enfatizó que “para mí ha sido y es un gran orgullo haber toreado como matador en la Plaza de toros del pueblo que me vio nacer en la calle Los Molinos”, repitiendo tres años más en el coso daimieleño. Finalizaba su intervención agradeciendo a todos los asistentes su recibimiento y a la peña el reconocimiento que se le había concedido con la revista.

Y tras las palabras del protagonista de la noche, prosiguiendo con el sueño y la obsesión de algún día ser un gran figura del toreo, Carlos Aranda, novillero local, contó cómo conoció a “El Lince” en año 2008 y cómo a raíz de una conversación distendida Emilio García-Consuegra significó más que una figura del toreo para el joven novillero, para mí es como uno más de mi familia y siempre que tengo alguna duda profesional le consulto. Aranda quiso resaltar que este homenaje era bien merecido ya que “El Lince” se lo había ganado con su sangre y sudor en la plaza. El novillero finalizaba su turno de palabra expresando su deseo y objetivo de poder algún día recibir el merecido homenaje de su pueblo al igual que ‘El Lince’, lo cual significaría que habría logrado mi sueño de ser matador de toros”.

Rodríguez Soto, Presidente de la peña, agradeció a todos los colaboradores, anunciantes y aficionados que han hecho posible esta revista, así como también quiso recordar la tarde que conoció a “El Lince” bajo el sobrenombre de “el torero de Daimiel”, rememorando varios festejos en los que pudo verlo en las plazas taurinas. También tuvo palabras de agradecimiento para el Ayuntamiento resaltando el “excelente” estado en el que se encuentra la plaza daimieleña, lo que según Rodríguez Soto “demuestra el gusto que tienen por los toros y por la fiesta”. Finalmente también expresó el deseo de que Carlos Aranda obtenga la recompensa algún día de ser figura del toreo, “y que el próximo 5 de septiembre esta misma puerta grande se abra de par en par para todos los actuantes de la tarde” concluyó.

Así se desarrollaba este acto en el que también, a través del secretario de la peña, se fue desgranando lo que aguardaban las páginas interiores de esta edición, de forma que Córdoba reconoció el esfuerzo de todos y cada uno de los que habían hecho posible su realización. Asimismo, dedicó unas palabras emotivas para el homenajeado, a quien al finalizar el acto se le hacía entrega de un cuadro con la imagen de la portada de esta edición, correspondiendo “El Lince” con otro cuadro en el que se encontraba el cartel anunciador de uno de los festejos en el albero de Daimiel en los que participó a lo largo de su carrera profesional.

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