Entre los tres matadores se cortaron ocho orejas. Además, Carlos Aranda, en su debú en Daimiel, acompañó a Padilla, Ferrera y Luis Miguel Vázquez por la puerta prande. La prensa provincial destaca la buena presencia de los toros de Guadalmena. La Plaza registró tres cuartos de entrada.
Un encierro de toros de la ganadería de Guadalmena y dos érales de la ganadería de Martín Carrasco, de justo rendimiento, fueron ampliamente aprovechados por los diestros Juan José Padilla, Antonio Ferrera, Luis Miguel Vázquez y el becerrista local Carlos Aranda.
Un encierro que cumplió con al expectativas que había levantado, donde habría que destacar el alto nivel de entusiasmo y fervor popular, la intención, la predisposición y el buen hacer de los toreros y una más que bien presentada corrida de toros, destacando unos toros bien hechos por delante, con cabezas y defensas muy del gusto del aficionado torista daimieleño.
El "duelo" entre los torero banderilleros se saldo con idéntico bagaje de trofeos, Juan José Padilla corto 1 oreja y 2 orejas en sus respectivos, tal y como lo hizo el extremeño Antonio Ferrera. Ambos fueron del gusto de la afición y dieron lo mejor en el tercio de banderillas. A destacar la buena faena en su conjunto de Juan José Padilla con el que hacía cuarto de la tarde, donde el torero estuvo por encima del animal dejando leves pinceladas un corte artístico clásico y puro, finalizando con un estoconazo perfecto de ejecución y fulminante de resultados. Por su parte Antonio Ferrera se repuso de un tremendo revolcón sufrido a la salida del último parte de banderilla del que hacía quinto de la tarde, y practicó un torero muy de su estilo y que caló en los tendidos.
Por su parte el toreo local Luis Miguel Vázquez, 2 orejas y aplausos desde el tercio, demostró en su primer enemigo ese toreo clásico y artístico que atesora, muy bien con el capote ganándole lo terreros y lanceándolo por verónicas armoniosas al son de los "oles". Con la muleta Luis Miguel armó la fiesta del toreo profundo, sometiendo a los astados por bajo y tirando del estaquillador hasta casi rozar el albero. Al menos tres grandes tandas de derechazos hondos, plásticos y sentidos conformaron lo mejor de la tarde desde el punto de vista clásico y torero. Mato de estocada su primero y descabellando el sexto de la tarde.
El becerrista local, Carlos Aranda, 2 orejas y aplausos, demostró una técnica y colocación depurada y bien aprendida. Buena ejecución de las verónicas y extraordinarias largas cambiadas de rodillas para recibir a su primero en el tercio. Pero Carlos Aranda nos hace esperar hasta el último tercio para destapar el tarro de las esencias y deleitar al público con grandes series de muletazos con la mano derecha. Por este pitón se dejaron sus dos enemigos a los que Carlos Aranda les imprimió un toreo elegante, clásico y lleno de expresividad. El joven diestro al que se le atisba un prometedor futuro gustó en Daimiel y salió por la puerta grande junto con sus tres compañeros de tarde, a quienes les brindo el primer animal que estoqueaba en su Daimiel.
Por otro lado el ganado sin ser bueno no fue malo, de excelente presentación de cara y pitones acusó una más que evidente querencia a la zona de toriles, sobre todo los tres primeros. Dejándose en su conjunto pero limitados de motor, destacó sobre todo el nº 34 de nombre Billetero, un animal cinqueño negro meano, que fue lidiado por Juan José Padilla, el cual cumplió la máxima de la nobleza.
Informa: Alonso Garcia.
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