LA ESPADA IMPIDE SALIR A HOMBROS A CARLOS ARANDA

Segunda tarde en la que Carlos Aranda se las veía con un utrero, en esta ocasión en el Festival benéfico celebrado en la Plaza de toros de Ciudad Real. A Carlos le toco en suerte un novillo que ya se rajo en el tercio de banderillas buscando las tablas, posiblemente el peor de un muy buen encierro enviado por el ganadero Ricardo Gallardo para la ocasión. Consiguió con el capote cuajar al novillo toreando a la verónica de forma decidida, jugando bien los brazos y rematando con una buena media. Ya con la muleta, y tras brindar al malogrado Reina Rincón, inicio la faena de rodillas consiguiendo llevar toreado al novillo en esa tanda, conectando con el publico rápidamente, y dejando la impronta y las ganas de lo que es, un novillero.
Continuo con la mano derecha, conduciendo la embestida, mostrándose firme y decidido, consiguiendo mucha rotundidad en las tandas, aunque en mitad de la faena, el novillo definitivamente se rajo y fue en tablas donde Carlos continuo toreando, ya buscando colocación y firmeza, en la cercanía de la cara del novillo, arrancándole hasta la ultima embestida que tenia el animal. Precisamente eso, alargar un pelín la faena, hizo que el animal no le ayudara a la hora de entrar a matar y pincho dos veces antes de conseguir una estocada, pelín trasera y tendida, pero que sirvió para que cayera el novillo y tras fuerte petición se le concediera una muy merecida oreja.
Tras la actuación, se mostraba feliz, ya que se había quitado la presión del debut con picadores, y rápidamente se estaba adaptando a la embestida y al volumen del utrero, lo cual es muy importante. Y efectivamente, se vio mucha mas firmeza, cabeza y valor como siempre, por lo tanto progresión y actitud, dos valores fundamentales para seguir creciendo como torero.
Del resto del festival destacar el indulto conseguido por Emilio Huertas al quinto de la tarde, un bravo ejemplar, y a Luis Miguel Vazquez, que con lo poco que torea, se le vio con un poso y un oficio asombroso, cuajando al novillo que le correspondió en suerte por ambos pitones, faena de dos orejas que debería tener premios mayores.

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