Plaza de toros de Manzanares (Ciudad Real), domingo 11 de agosto de 2013. Media plaza. Se lidiaron erales de Manuel Ángel Millares, de buena presencia y mejor juego, el cuarto premiado con la vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Martin, dos orejas.
Canales Rivera, dos orejas.
Víctor Janeiro, oreja.
Carlos Aranda, dos orejas y rabo.
Con casi media plaza en los tendidos se celebró el ya tradicional festival taurino en conmemoración del aniversario de la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, hecho que tuvo lugar un once de agosto de 1934. La Peña que lleva su nombre organiza junto al Ayuntamiento un festival poético con flamenco y toros. En esta ocasión al cante estuvieron Ángel Portillo "El Porti" y Ángeles de Almedina, junto a miembros del grupo de teatro Lazarillo de Manzanares a los versos.
En lo taurino se lidiaron erales de Manuel Ángel Millares de gran juego y nobleza. El cuarto premiado con la vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Martín despachó un eral bravo y con mucha codicia, persiguiendo siempre las cabalgaduras. Acusó el rejón de castigo el noble animal y Martín realizó su labor con mucha limpieza y verdad, clavando al estribo y dando auténticos muletazos con toda su cuadra, la rueda de banderillas perfecta, pinchazo y rejón arriba para dos orejas.
Canales Rivera, con buen toreo a la verónica, al alimón con Janeiro, vistoso y no habitual. Sin aspavientos como en otras tardes, brindis a la familia de Aníbal Ruiz. Faena bien ligada en redondo rematando bien atrás y los de pecho correctos. Se gustó en molinetes, estuvo muy variado y con ganas de agradar en todo momento. El animal se prestó al lucimiento. Estocada para dos orejas.
Víctor Janeiro, estuvo por debajo del buen eral de Millares, compuso figura muy tarde, el público tenía ganas de fiesta y tras tres pinchazos y estocada le premiaron con una oreja.
Carlos Aranda, merece la pena pararse en la actuación del joven daimieleño. Desde que se abrió de capote para enjaretar seis verónicas de mando y una media extraordinaria, su faena fue el colofón a una gran actuación. Su toreo en redondo en series interminables ante el bravo eral que topaba con el hocico en la arena en su embestida. Carlos reposado y entendiendo a la perfección, compuso figura, ligazón, temple y mando así como los recursos espontáneos. Molinetes, pases de las flores, faroles y dos series de naturales de muy señor mío. Se pidió el indulto y Carlos a lo suyo, naturales a pies juntos de gran belleza artística. El público encandilado, sí señores hay que decirlo como pocas veces se ve ya en una plaza. No es que viéramos el sumun del toreo, es que vimos torear a una auténtica joya del toreo Dios mediante. Se perfiló a espadas y se atracó hasta le yema. Dos orejas y rabo con mucha fuerza y salida a hombros meritoria solo por permiso de sus compañeros al observar tan meritoria actuación.
Informa: Ignacio Rubio
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