Castellar (Jaén), responde otra vez mas ante una novillada en clases prácticas, cosa y caso, que caracteriza a esta localidad Condense, el apoyo incondicional hacia la cantera novilleril.
Fueren siete novillos, seis en lidia ordinaria y un sobrero que fue regalado para ser toreado entre todos los alumnos de diferentes escuelas taurinas, los mismos que participaron en este festejo, ya que el sobrero no fue necesario salir en ningún lugar de la lidia como vis.
La novillada en este caso fue de una ganadera afincada en la provincia de Albacete, pero con el tributo que su ganadera es nacida y criada en esta misma localidad de Castellar. "Los Chospes", fue el hierro elegido en esta ocasión para este festejo. Seis novillos erales de la línea de Jandilla, adquirida por esta ganadería a Daniel Ruiz Yague, y otro novillo eral más, de la línea, Luis Algarra (Conde de la Corte y Tamarón).
El primer novillo de la tarde se descordino de los cuartos traseros nada más salir al ruedo, un novillo con mucha clase. El segundo de lidia, fue pronto, se reboso en sus embestidas y cuando no se le hacia las cosas bien, echaba la cara arriba. El tercero del festejo, un novillo con motor, temple, siempre humillo. El cuarto, un gran novillo, tuvo mucho son y ritmo, exquisita calidad. El Quinto, este fue muy bravo, tuvo mucha transmisión, igualmente, todo lo quería por abajo. El sexto, este fue el de la línea Algarra, la bondad fue su primera virtud, un novillo de los que ensueñan los toreros para el triunfo. El Séptimo, dejado de sobrero y finalmente toreado por todos los novilleros actuantes, este fue un Tío con mayúsculas, tanto en presentación, comportamiento, actitud, y condición. Una novillada muy completa, de exquisita presentación, más bien, por encima de lo que caracteriza a esta localidad, ya que esta novillada podría haber sido en-cartelada en una plaza de segunda categoría. La nobleza la derrocharon los siete novillos, pero lo más destacado de esta novillada fue, la raza, siete novillos, cada uno en diferentes comportamientos pero encastada. Buen debut ha tenido esta ganadería en esta localidad de Castellar Jaén.
Jesús Martínez, novillero de la Escuela de Madrid (Marcial Lalanda), no se le pudo vez mucho, ya que su novillo fue descoordinado desde el primer tercio, dejo patente su buen estar en torero y sobre todo, el buen concepto de torero que tiene de mano baja y estar siempre relajado en la cara del toro.
José Cabrera, de la escuela de Almería, dio una gran altura con los rehiletes, recibiendo anteriormente a su oponente con bastante soltura y desparpajo con el capote. Con la muleta, dio una tanda por la derecha con la mano muy abajo, pero no llego a entenderse del todo con el novillo, ya que este fue demasiado exigente y tenía varias teclas que tocar.
Carlos Aranda, de la escuela de Baeza, este apunta muchas maneras a ser torero, anduvo bastante reposado y con las ideas muy claras en toda su faena. Todo lo hizo por abajo, mandando y acompañando los trances de las embestidas con todo su cuerpo, resalto una tanda con la izquierda y un pase de pecho que todavía debe de perdurar en las retinas de los aficionados. Al entrar a matar, entro de ley, y sin llegar a soltar la espada, esta la introdujo en dos tiempos, entrando hasta los gavilanes.Cortando dos orejas.
José Antonio Lavado, de la escuela de Málaga, es pequeño de altura, pero de actitud y torería le sobran. No solo cumplió con su novillo, sino, que anduvo en toda la lidia mandando él en la lidia, engancho todas la embestidas desde adelante y llevando al novillo templado, por abajo y atrás, a la cintura. Tuvo mala suerte al entrar a matar, pincho en varias ocasiones antes de penetrar una estocada por el hoyo de las agujas.
Rafael Serna, de la escuela de Sevilla, quizás le pudiera la bravura de su oponente y las embestidas que el animal tenia con transmisión y tan solo querer embestir. De todos modos, pudimos ver en este novillero, que tiene madera, falta de oficio como es normal como novillero sin caballos, pero, con mucha clase de querer ser torero. Torea relajado, de frente y cuando este le podía al novillo, aquello transmitía al tendido. Buenas formas las de este novillero.
Pedro Gallego, de la escuela de Baeza, este muchacho está empezando ahora, tan solo ha hecho tres o cuatro paseíllos, y en todos de ellos, para tan solo lidiar y estoquear a un solo novillo. Apunta muchas buenas maneras, con la muleta anduvo más suelto que con el capote. Este novillero llega con demasiada facilidad al tendido, el público lo quiere por donde este hace el paseíllo, y eso debe de ser por algo.
Carlos Aranda, recibió de capote al séptimo de la tarde, para a continuación seguir siendo toreado por todos sus compañeros de paseíllo, lo banderilleo el novillero José Cabrera, teniendo que poner cuatro pares de banderillas, ya que el público le pidió que pusiera el cuarto. A este novillo lo mato Lavado, entrando por derecho, y en esta ocasión, propinándole una estocada en todo lo alto. Un novillo de nota diez.
Jesús Martínez; Vuelta al ruedo. José Cabrera; Dos Orejas. Carlos Aranda; Dos Orejas. José Antonio Lavado; Ovación. Rafael Serna; Una Oreja. Pedro Gallego; Dos Orejas y Rabo. Al sexto y séptimo novillo del festejo, le fueron concedidas la vuelta al Ruedo. Una novillada, bien presentada, noble, brava y encastada, el mayoral al final del festejo salió acompañando a los novilleros a dar la vuelta al ruedo.
Fuente: http://antonioboqueron.blogspot.com.es/
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