El novillero daimieleño, Carlos Aranda, sufrió la tarde del sábado una cornada en su mano izquierda al entrar a matar al primer novillo de su lote en Villahermosa. El animal, muy astifino, infirió una cornada en la cara dorsal de 10 centímetros que le produjo una importante hemorragia. Tras una primera cura en la enfermería de la Plaza, fue derivado al Hospital General Universitario de Ciudad Real donde, finalmente, se le operaba el domingo. En concreto, Aranda tiene una sección parcial del tendón extensor del segundo y el cuarto dedo, y una sección completa en el extensor del tercer dedo.
Con esta lesión, el novillero ha tenido que renunciar al compromiso que tenía este lunes en Torralba de Calatrava donde toreaba junto a Rubén Pinar y Luis Vilches, con ganado de Pietro de la Cal. Esta era la última cita confirmada de la temporada, con lo que, a la espera de saber el tiempo de recuperación, Carlos Aranda podría tener que despedirse de los ruedos hasta el próximo año atendiendo a sus propias manifestaciones en Radio Daimiel donde aseguraba que “los médicos me han comunicado que la recuperación será larga”.
Por último, Aranda expresaba su deseo de poder volver a torear lo antes posible y “seguir dando alegrías a los aficionados de Daimiel que confían en mí, esperando que llegue pronto la próxima temporada y mi lesión se haya curado totalmente”
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